Sudamericano Sub 20 juvenil - URUGUAY
LOS PIBES, LOS MEJORES DE AMÉRICA
En una accidentada final en Canelones, la Selección Argentina de Diego Giustozzi se impuso a Brasil por un angustioso 2-1 y se quedó con el tÃtulo sudamericano por primera vez en su historia, para cerrar una temporada 2016 de ensueño.
El destino querÃa que fuera hoy, domingo 18 de diciembre, o técnicamente el lunes 19, el dÃa en que la Selección Argentina se consagre por primera vez campeón sudamericano juvenil, tras un ajustado 2-1 frente a Brasil en una accidentada final en la ciudad de Canelones, Uruguay.
AsÃ, con este tÃtulo en el Sub 20, Argentina cerró una temporada 2016 de ensueño que incluyó el premio máximo en el Mundial de Colombia con la Selección mayor, pero también destacados resultados con las juveniles, lo que auguran un buen futuro para el Futsal albiceleste.
La incertidumbre por la decisión arbitral y de la Conmebol sobre la disputa o no por la humedad y las goteras que afectaron la superficie del campo de juego agregaron nerviosismo a un plantel ilusionado, pero con bajas importantes como las del capitán Dylan Vargas y el único pivot natural Lucas Mejuto, ambos afectados en la rodilla.
Después de casi dos horas y media de retraso, Argentina salió a la cancha a comerse crudo a Brasil, a tratar de incomodarlo todavÃa más de lo que lo hacÃa la cancha, intransitable en algunos lugares.
Esto afectaba la calidad técnica de un equipo brasileño que venÃa de apabullar en la semifinal a Uruguay (11-3) y llegaba como gran candidato por el fÃsico y rodaje de sus jugadores. Pero Diego Giustozzi planteó un desarrollo inteligente, muy centralizado a la defensa del pivot, para casi hacer depender de lo que pudieran hacer Marcel (campeón con el Corinthians en la Liga Nacional el lunes pasado) o Matheus.
Nahuel Bontempo y Lucas Flores se bancaron como cierres la diferencia de altura con el peligroso pivot Gabriel Souza, Kevin Arrieta y Franco MartÃnez Riveras -uno de cada banda- fueron importantes en el 1vs1, más Cuello y Geragthy en la finalización, la Selección se adaptó mejor a las circunstancias.
De hecho, la apertura del marcador fue gracias a un robo en presión alta de Arrieta, que recibió una habilitación perfecta de un rival y definió de punta para hacer estallar a la gran cantidad de amigos y familiares que llegaron hasta Canelones, incluido su papá, su hermano Juan -jugador de Racing- y su primo.
Un nuevo parate de casi quince minutos por una gotera constante en el área de Brasil benefició a la "verdeamarelha", que ajustó su táctica y empezó a hacer daño hasta llegar el empate. Pedala se encontró con la pelota tras un rebote al costado de Juan Mahafud y estampó el 1-1 con el que se fueron al descanso.
Argentina no modificó el libreto en el complemento, es cierto que Mahafud -arquero de Parque en Segunda División- tuvo una noche inspiradÃsima, pero supo ser paciente para esperar su momento.
Lo tuvo Arrieta en una diagonal de opuesto que definió cruzado y afuera, pero a los 10 minutos iba a llegar el desnivel.
Anticipo y desborde por derecha, centro atrás y una mano clara de la defensa brasileña que terminó en la sanción del penal. Spellanzón -jugador de Pinocho y capitán ante la lesión de Vargas- fusiló al arquero y adelantó otra vez a la Argentina.
Todo se complicó con la polémica expulsión de Bontempo -por doble amarilla-, pero Argentina aguantó los dos minutos con un soberbio trabajo de Mahafud bajo palos.
La Selección aguantó cada ataque de Brasil, hasta el final con el ingreso de Dos Santos como arquero-jugador, y también con algo de fortuna de campeón.
La chicharra hizo estallar a un grupo de jugadores que se desdobló fÃsicamente para hacer olvidar las ausencias y consagró a la Selección argentina por primera vez en las categorÃas juveniles, en su tercera final (habÃa definido en 2006 y 2008).
El Sub 20 es Campeón Sudamericano, y se suma al tÃtulo continental del Sub 14, el subcampeonato de la Sub 17 (perdió en el alargue frente a Brasil) y el inolvidable Campeonato Mundial que la Mayor consiguió en Colombia.
Es una reivindicación de un método de trabajo, un envión para el deporte y, sobre todo, una confirmación de que el futuro está asegurado.
Giustozzi, el nombre del éxito
Una Copa del Mundo, una Copa América, un Sudamericano Sub 20, una Copa de las Naciones y la Copa Intercontinental es lo que consiguió en apenas tres años. En el resto de los torneos siempre llegó a la final. Todo lo que dirige Diego Giustozzi lo convierte en oro.
Diego Giustozzi tiene un don especial. El de formar equipos, explotar las virtudes individuales y transformarlas en lo mejor para un juego colectivo. Convence hasta al más pesimista. Enamora a propios y extraños con su capacidad, inteligencia y sobre todo con su humildad. Diego Giustozzi llegó a la Selección Nacional para llevarla a lo más alto del mundo. Se burló de la estructura, de las peleas internas, del amateurismo argentino y se reveló contra el sistema. Consiguió en los jugadores y su cuerpo técnico a sus mejores aliados. Sueña, trabaja, se convence y lo hace posible.
Para demostrar que no existe la casualidad lo llevó adelante con tres selecciones distintas. La que conquistó la Copa América en Portoviejo 2015, la que ganó el Mundial de Colombia 2016 y ahora con el Sub 20 que se quedó con el Sudamericano. Es una máquina de ganar, ama este deporte y está comprometido con el desarrollo del Futsal argentino. Los pocos torneos que no ganó, alcanzó siempre la final. Una vez plasmado este tÃtulo, a un costado del delirio, le contestó a nuestro cronista. “Ahora no, hablá con los jugadores”. Pero ante la insistencia, reconoció que “fue un año brillante para el Futsal argentino, ahora pienso en Mati Kruger que ya no está con nosotros y se convirtió en nuestro ejemplo”, visiblemente emocionado, digiriendo otro tÃtulo más que recae en sus espaldas.
La final la vivió apasionado, como siempre. Dando indicaciones, enojándose en los errores infantiles, pero sobre todo contagiando desde afuera, dándole una identidad al equipo. Su virtud más grande es formar campeones. A fin de año se le termina el contrato, la dirigencia de AFA deberá hacer el esfuerzo y retenerlo. No sólo económico, sino con un proyecto global para el deporte. El Oro está dentro de casa, no podemos desperdiciarlo. El Futsal argentino necesita a Diego Giustozzi, no puede quedar huérfano. El ciclo recién comienza, ahora viene la tarea más difÃcil, mantenerse en la cúspide del mundo. Con Diego será posible.
Fuente: Sebastián Larocca (Pasión Futsal)
En una accidentada final en Canelones, la Selección Argentina de Diego Giustozzi se impuso a Brasil por un angustioso 2-1 y se quedó con el tÃtulo sudamericano por primera vez en su historia, para cerrar una temporada 2016 de ensueño.
El Sub 20 también cerró el año con un tÃtulo, 2016 el mejor año del Futsal. Foto: Diego Giustozzi |
El destino querÃa que fuera hoy, domingo 18 de diciembre, o técnicamente el lunes 19, el dÃa en que la Selección Argentina se consagre por primera vez campeón sudamericano juvenil, tras un ajustado 2-1 frente a Brasil en una accidentada final en la ciudad de Canelones, Uruguay.
AsÃ, con este tÃtulo en el Sub 20, Argentina cerró una temporada 2016 de ensueño que incluyó el premio máximo en el Mundial de Colombia con la Selección mayor, pero también destacados resultados con las juveniles, lo que auguran un buen futuro para el Futsal albiceleste.
La incertidumbre por la decisión arbitral y de la Conmebol sobre la disputa o no por la humedad y las goteras que afectaron la superficie del campo de juego agregaron nerviosismo a un plantel ilusionado, pero con bajas importantes como las del capitán Dylan Vargas y el único pivot natural Lucas Mejuto, ambos afectados en la rodilla.
Después de casi dos horas y media de retraso, Argentina salió a la cancha a comerse crudo a Brasil, a tratar de incomodarlo todavÃa más de lo que lo hacÃa la cancha, intransitable en algunos lugares.
Esto afectaba la calidad técnica de un equipo brasileño que venÃa de apabullar en la semifinal a Uruguay (11-3) y llegaba como gran candidato por el fÃsico y rodaje de sus jugadores. Pero Diego Giustozzi planteó un desarrollo inteligente, muy centralizado a la defensa del pivot, para casi hacer depender de lo que pudieran hacer Marcel (campeón con el Corinthians en la Liga Nacional el lunes pasado) o Matheus.
Nahuel Bontempo y Lucas Flores se bancaron como cierres la diferencia de altura con el peligroso pivot Gabriel Souza, Kevin Arrieta y Franco MartÃnez Riveras -uno de cada banda- fueron importantes en el 1vs1, más Cuello y Geragthy en la finalización, la Selección se adaptó mejor a las circunstancias.
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De hecho, la apertura del marcador fue gracias a un robo en presión alta de Arrieta, que recibió una habilitación perfecta de un rival y definió de punta para hacer estallar a la gran cantidad de amigos y familiares que llegaron hasta Canelones, incluido su papá, su hermano Juan -jugador de Racing- y su primo.
Un nuevo parate de casi quince minutos por una gotera constante en el área de Brasil benefició a la "verdeamarelha", que ajustó su táctica y empezó a hacer daño hasta llegar el empate. Pedala se encontró con la pelota tras un rebote al costado de Juan Mahafud y estampó el 1-1 con el que se fueron al descanso.
Argentina no modificó el libreto en el complemento, es cierto que Mahafud -arquero de Parque en Segunda División- tuvo una noche inspiradÃsima, pero supo ser paciente para esperar su momento.
Lo tuvo Arrieta en una diagonal de opuesto que definió cruzado y afuera, pero a los 10 minutos iba a llegar el desnivel.
Anticipo y desborde por derecha, centro atrás y una mano clara de la defensa brasileña que terminó en la sanción del penal. Spellanzón -jugador de Pinocho y capitán ante la lesión de Vargas- fusiló al arquero y adelantó otra vez a la Argentina.
Todo se complicó con la polémica expulsión de Bontempo -por doble amarilla-, pero Argentina aguantó los dos minutos con un soberbio trabajo de Mahafud bajo palos.
La Selección aguantó cada ataque de Brasil, hasta el final con el ingreso de Dos Santos como arquero-jugador, y también con algo de fortuna de campeón.
La chicharra hizo estallar a un grupo de jugadores que se desdobló fÃsicamente para hacer olvidar las ausencias y consagró a la Selección argentina por primera vez en las categorÃas juveniles, en su tercera final (habÃa definido en 2006 y 2008).
El Sub 20 es Campeón Sudamericano, y se suma al tÃtulo continental del Sub 14, el subcampeonato de la Sub 17 (perdió en el alargue frente a Brasil) y el inolvidable Campeonato Mundial que la Mayor consiguió en Colombia.
Es una reivindicación de un método de trabajo, un envión para el deporte y, sobre todo, una confirmación de que el futuro está asegurado.
Una Copa del Mundo, una Copa América, un Sudamericano Sub 20, una Copa de las Naciones y la Copa Intercontinental es lo que consiguió en apenas tres años. En el resto de los torneos siempre llegó a la final. Todo lo que dirige Diego Giustozzi lo convierte en oro.
Diego Giustozzi tiene un don especial. El de formar equipos, explotar las virtudes individuales y transformarlas en lo mejor para un juego colectivo. Convence hasta al más pesimista. Enamora a propios y extraños con su capacidad, inteligencia y sobre todo con su humildad. Diego Giustozzi llegó a la Selección Nacional para llevarla a lo más alto del mundo. Se burló de la estructura, de las peleas internas, del amateurismo argentino y se reveló contra el sistema. Consiguió en los jugadores y su cuerpo técnico a sus mejores aliados. Sueña, trabaja, se convence y lo hace posible.
Para demostrar que no existe la casualidad lo llevó adelante con tres selecciones distintas. La que conquistó la Copa América en Portoviejo 2015, la que ganó el Mundial de Colombia 2016 y ahora con el Sub 20 que se quedó con el Sudamericano. Es una máquina de ganar, ama este deporte y está comprometido con el desarrollo del Futsal argentino. Los pocos torneos que no ganó, alcanzó siempre la final. Una vez plasmado este tÃtulo, a un costado del delirio, le contestó a nuestro cronista. “Ahora no, hablá con los jugadores”. Pero ante la insistencia, reconoció que “fue un año brillante para el Futsal argentino, ahora pienso en Mati Kruger que ya no está con nosotros y se convirtió en nuestro ejemplo”, visiblemente emocionado, digiriendo otro tÃtulo más que recae en sus espaldas.
La final la vivió apasionado, como siempre. Dando indicaciones, enojándose en los errores infantiles, pero sobre todo contagiando desde afuera, dándole una identidad al equipo. Su virtud más grande es formar campeones. A fin de año se le termina el contrato, la dirigencia de AFA deberá hacer el esfuerzo y retenerlo. No sólo económico, sino con un proyecto global para el deporte. El Oro está dentro de casa, no podemos desperdiciarlo. El Futsal argentino necesita a Diego Giustozzi, no puede quedar huérfano. El ciclo recién comienza, ahora viene la tarea más difÃcil, mantenerse en la cúspide del mundo. Con Diego será posible.
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