Se escapó la victoria ante Brasil
Argentina cayó 3-2 en la semifinal de los JJOO de la Juventud. Jugará por la medalla de bronce ante Egipto.
Argentina coqueteó con la hazaña pero la remontada se le escurrió de entre las manos justo en su mejor momento. Pese al esfuerzo albiceleste, Brasil se quedó con el triunfo por 3-2 en un partido de alto voltaje y jugará la final por el oro frente a Rusia, rival al que vapuleó en la primera fase por 6-1. En tanto, el combinado nacional se medirá a Egipto en busca del bronce en una reedición del empate a dos goles en su debut.
Brasil enfrió rápidamente un estadio caldeado por los 6500 fanáticos que construyeron, sin caer en la violencia, un ambiente de hostilidad absoluta. Guilhermão, un nueve portentoso de físico y talento indefendibles, castigó durante el primer minuto de juego.
Entre la presión y el brillante despliegue brasileño, el elenco de Matías Lucuix estaba conmovido y arrinconado. Como agravante, Argentina se cargó de faltas rápidamente. Sin siquiera posibilidades de asomarse al arco defendido por Francoar, la Verdeamarelha estiró el resultado a los doce minutos con otro unipersonal de Guilhermao, quien le sirvió el segundo gol al capitán Neguinho.
Argentina parecía sentenciada pero, en absoluta desventaja frente al mejor equipo del torneo, reaccionó y empezó a construir sus primeras certezas a partir del talento de Santiago Rufino y el carácter Agustín Raggiati, quien descontó de penal a un minuto del final del primer tiempo.
Rufino, el crack zurdo del Barcelona, empató con un golazo que por fin batió al inexpugnable Francoar. Desde afuera, en un estadio convertido en una caldera, el público vaticinaba cierto malestar estomacal de un Brasil que lo confirmaba en la cancha: totalmente desdibujado por la presión alta del anfitrión, empezó a cometer errores en la salida y Argentina tuvo el tercero en los pies de Ezequiel Ramírez pero Francoar agigantó su figura en una doble atajada para el recuerdo.
Desconcertado, Brasil no encontraba oxígeno hasta que, en el mejor momento argentino y tras una atajada fantástica del colosal Christian Vargas, un remate cruzado de Breno se convirtió en el gol del triunfo y la final.
El público terminó alentando a los "pibes" y aplaudió a un equipo que, dos años después de la consagración de los mayores en el Mundial de Colombia, tuvo en jaque a una potencia mundial que se consolida como el mejor equipo del campeonato.
Fuente: La Nación
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Foto: Selección Argentina |
Argentina coqueteó con la hazaña pero la remontada se le escurrió de entre las manos justo en su mejor momento. Pese al esfuerzo albiceleste, Brasil se quedó con el triunfo por 3-2 en un partido de alto voltaje y jugará la final por el oro frente a Rusia, rival al que vapuleó en la primera fase por 6-1. En tanto, el combinado nacional se medirá a Egipto en busca del bronce en una reedición del empate a dos goles en su debut.
Brasil enfrió rápidamente un estadio caldeado por los 6500 fanáticos que construyeron, sin caer en la violencia, un ambiente de hostilidad absoluta. Guilhermão, un nueve portentoso de físico y talento indefendibles, castigó durante el primer minuto de juego.
Entre la presión y el brillante despliegue brasileño, el elenco de Matías Lucuix estaba conmovido y arrinconado. Como agravante, Argentina se cargó de faltas rápidamente. Sin siquiera posibilidades de asomarse al arco defendido por Francoar, la Verdeamarelha estiró el resultado a los doce minutos con otro unipersonal de Guilhermao, quien le sirvió el segundo gol al capitán Neguinho.
Argentina parecía sentenciada pero, en absoluta desventaja frente al mejor equipo del torneo, reaccionó y empezó a construir sus primeras certezas a partir del talento de Santiago Rufino y el carácter Agustín Raggiati, quien descontó de penal a un minuto del final del primer tiempo.
Rufino, el crack zurdo del Barcelona, empató con un golazo que por fin batió al inexpugnable Francoar. Desde afuera, en un estadio convertido en una caldera, el público vaticinaba cierto malestar estomacal de un Brasil que lo confirmaba en la cancha: totalmente desdibujado por la presión alta del anfitrión, empezó a cometer errores en la salida y Argentina tuvo el tercero en los pies de Ezequiel Ramírez pero Francoar agigantó su figura en una doble atajada para el recuerdo.
Desconcertado, Brasil no encontraba oxígeno hasta que, en el mejor momento argentino y tras una atajada fantástica del colosal Christian Vargas, un remate cruzado de Breno se convirtió en el gol del triunfo y la final.
El público terminó alentando a los "pibes" y aplaudió a un equipo que, dos años después de la consagración de los mayores en el Mundial de Colombia, tuvo en jaque a una potencia mundial que se consolida como el mejor equipo del campeonato.
Fuente: La Nación
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